Joaquim Rosselló
Joaquim nació en Mallorca en 1833, uno de los ocho hijos de Gabriel Rosselló i María Ana Ferrá, sirvientes de la noble familia Vado de Torrella. Muy piadosos, especialmente la madre, inculcar la devoción y la religiosidad en el niño; Gregorio Trigueros, presbítero jesuita, lo guio e influido por él, quiso hacerse sacerdote. Estudió en el seminario de Mallorca y fue ordenado sacerdote en 1858. Ingresó en el Oratorio de San Felipe Neri (1864) y en 1890 se retiró a hacer vida de contemplación a la ermita de Santo Honorado, de la montaña de Randa. Pronto, la ermita se convirtió en casa de retiro para hacer ejercicios espirituales, formándose se una pequeña comunidad de sacerdotes alrededor de Rosselló.
Deseaba unirse a algún orden religioso, pero el obispo de Mallorca Jacinto María Cervera i Cervera del empujó a fundar una nueva congregación, y, a partir de la comunidad de Randa, el 17 de agosto de 1890 se fundó la congregación de los Misioneros de los Sagrados Coros de Jesús y María, devoción que él siempre había fomentado. En el año siguiente le era confiado el Santuario de Lluc, donde se instaló la sede de la nueva congregación y donde residió hasta 1906. Como prior del santuario, lo reformó y modernizó. Entonces se traslada a vivir al Monasterio de la Real, antigua abadía de los cistercienses entonces abandonada. También fundó una casa en la iglesia de San Cayetano de Palma (Mallorca).
Murió en 1909 y fue enterrado en el cementerio de Palma. Su cuerpo fue trasladado después a la iglesia de los Sagrados Coros de Mallorca.
Tiene incoado el proceso de la beatificación, que empezó en 1934. Ha sido proclamado Siervo de Dios.